Capítulo 3

Elegir el tema

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El activismo puede resultar abrumador. Esto es especialmente cierto cuando eres nuevo en él. 

Una de las causas principales de la sensación de agobio es que la gente suele caer en la trampa de elegir un objetivo que es demasiado grande para afrontarlo sola. Cuando empieces a sentirte abrumado, detente y recuerda que el cambio lleva tiempo. No es sólo nuestra responsabilidad individual hacer que se produzca el cambio. El activismo es un esfuerzo colectivo.

Para evitar que te sientas abrumado, tu y tu grupo deben decidir un tema de campaña que sea lo suficientemente pequeño como para trabajar en él, pero lo suficientemente grande como para preocuparte por él e inspirar a otros a preocuparse también.   

Encontrar este equilibrio puede garantizar que tu y los miembros de tu grupo sigan implicados y motivados en el trabajo. 

Las siguientes definiciones pueden ser útiles para que te acuerdes a la hora de elegir tu cuestión:

  • Problemas: Son amplios, poco específicos y con pocas probabilidades de resolverse por completo. Por ejemplo, la discriminación por razón de edad es un problema arraigado en las estructuras que nos gobiernan y en nuestra cultura. Se necesitaría el trabajo de muchísimas personas durante un periodo de tiempo muy largo para resolver los problemas sistémicos que causan la discriminación por motivos de edad para poder eliminarla por completo. Otros ejemplos de problemas amplios y específicos son el racismo o el sexismo.
  • Cuestiones: Estas son específicas y dirigidas. Por ejemplo, el problema de la discriminación por razón de edad es la falta de derecho al voto de los jóvenes; el problema del racismo es la política de inmigración injusta y discriminatoria. Los problemas pueden estar relacionados con nuestro entorno cotidiano y tener una fuerte dimensión local. Por ejemplo, la falta de espacios públicos donde los jóvenes puedan reunirse con seguridad en tu ciudad o distrito, o el escaso número de carriles para bicicletas en los alrededores de la Universidad. 

Si crees que tienes un asunto en la mente que te gustaría cambiar, ponlo a prueba con estas dos preguntas:

  1. ¿Cuál es el problema subyacente que trata de resolver tu cuestión? 
  2. ¿Podemos trabajar con otros para resolver este problema?

Una vez que hayas identificado tu problema, averigua quién más está haciendo campaña en torno a este asunto. Para ello, mapea tu comunidad

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